Tuve alguien que cada dia abria
los cerrojos de las puertas del alma .
Alguien que se olvidaba los candados
cuando solia llamar el desengaño .
Alguien que se olvidó cerrar con llave
la inmendidad de su tristeza,
.
Alguien que se marchó sin despedirse
y equivicado clausuró la puerta .