Jamás había pensado en su propia soledad hasta que un día comprendió que su vida había sido un espacio de tiempo apresado por los recuerdos de los días pasados
Uno nacía a la luz
después de vivir en las penumbras, pensaba, y el quería volver a vivir la
oscuridad, transitar la línea recta
entre la realidad y la imagen distinta
del mundo abrazado por la noche –
Tal vez por eso decidió ser fotógrafo, porque
en esta profesión no hay lugar
para nada que no sea lo real, concreto y aceptable para los sentidos.
Suponía que el tiempo no admitía repeticiones, que cada
momento era único y este avanzaba sobre el que seguía en una perfecta concatenación de tiempo y que
la infinitesimal vida de uno de esos momentos podía quedar atrapada para
siempre en una imagen.
Decidió ser un fotógrafo nocturno, la noche entrañaba, según lo pensaba, infinitas formas de ver la realidad.
Por otra parte necesitaba trabajar y le pareció la mejor
manera de pagarse los gastos diarios.
Caía la tarde, en la habitación la oscuridad avanzaba ocupando los espacios vacíos. y hacían
desaparecer los contrastes y los colores .en el ropero su cámara, aquella que
había comprado con la herencia que su abuela le había dejado brillaba reflejando la luz de un foco que
pendía de un cable .
Ahora ‘pensaba en su abuela,
La recordaba siempre
en la cocina de la casa, era una mujer pequeña y de mirada dulce , el tiempo había
borrado el celeste luminoso de sus ojos pero aun eran vivaces y tenían un suave destello
Su abuela lo había criado a la muerte de su madre, aquella
mujer había construido un mundo que contenía a todos, como un enorme cordón umbilical .
Pese a todo había logrado
hacer de el un hombre que podía luchar por su futuro a golpes de
corazón.
Se miro al espejo y sonrió, los recuerdos le habían entibiado el pecho .Colocó sobre la cama, que cubría una frazada morada y beige , su cámara ,esperaba
que la noche apareciera por los vidrios sucios del cuarto
Era un maestro en el juego personal de sorprender, como un
asaltante a aquellos a los que les robaría un rectángulo de su
existencia nocturna.
Su cámara era para él
un pequeño demonio de la creación, aquel pequeño artefacto plateado le permitía ver el mundo diferente.
Dejó de pensar en el
significado de su máquina y decidió salir a la calle .Enfilo por un estrecho
pasillo a medias iluminado y abrió el cancel que rechinó sobre sus bisagras.
Hacia frio esa noche,
apretó contra su cuerpo el sobretodo gris s y se lamentó de no haberse
puesto el sombrero Luego de palpar la
cámara que colgaba de su cuello camino
por las veredas estrechas e iluminadas
hacia la zona del puerto.
Cuando llego el lugar estaba vacio, el viento movía y hacia
chirriar las luminarias escasa que
colgaban de los postes
Algunos pocos transeúntes, noctámbulos y ebrios caminaban vaya a saber hacia donde .Disparó su flash sobre un par de ellos que ni siquiera
se percataron de la acción.
Se recostó sobre la muralla de cemento, mientras miraba el
mar que abrazaba lascivamente a la
orilla oscura.
Un grupo de muchachones, ebrios le grito un improperio a lo
que contestó con un insulto.
Uno de ellos se volvió
y en su mano brillaba un elemento
que reflejó la luz de los faroles,
Miró a su alrededor, la noche era cerrada No había nadie en ese lugar
Esta completamente solo, no había visto a nadie en metros a
la redonda, sintió miedo de su soledad, Debía vencer el temor, no era posible
que se asustara ante un joven algo ebrio Se
recostó en la baranda y esperó,
escuchaba los pasos que se acercaban, cuando un perfume penetrante y agrio, lo
obligó a darse vuelta.
Recostada sobre la baranda
diviso una figura de mujer. Parecía joven, esbelta y muy delgada.
Su presencia le
permitió recobrar la calma y entonces Se
entusiasmó con la posibilidad de
lograr algunas fotos y se acercó a
ella.
Miro su reloj solo faltaban diez minutos para la medianoche.
Disculpe –le dijo mientras caminaba hacia ella –
.Solo deseo fotografiarla, es un instante nada más
La mujer lo miro, con
una mirada extraña, como si mirara sin
ver y él sintió la rara sensación de que
el mundo se desdoblaba en miles de
imágenes apenas perceptibles.
Intentó con esfuerzo reponerse de aquella sensación cuando la mujer le respondió sonriendo:
-No me molesta que lo haga, de cualquier forma lo hará .le
respondió Es su trabajo, no puedo negarme.
El fotógrafo asintió
y se dispuso a realizar el ritual que le
daría lo que buscaba. Su fotografía
Tomó distancia,
camino unos pasos hacia atrás mientras
centraba el ojo de la cámara sobre la figura de la mujer y disparo el flash.
Inesperadamente una náusea le subió por la garganta hasta la boca y un dolor agudo en el pecho lo dejo sin respiración.
Espero unos segundos hasta que el dolor pasara mientras la mujer que lo miraba se acercó y lo tomo de la mano .Sintió su frio contacto
y lo invadió la sensación de que su cuerpo
era un saco de algodón
Le pareció que en ese segundo partían desde el centro de su pecho, infinitos destellos,
líneas luminosas que lo arrastraban sin pausa hacia otro espacio ajeno, lejano
y fuera del tiempo conocido
Como en una foto las
imágenes pasaban ante sus ojos .Vio a su madre con los ojos cerrados, aquella
noche en que partió para siempre, a su abuela regañándolo y su amigo del alma abrazándolo en un andén de la estación de trenes.
Luego sintió
como que un rayo le hubiera atravesado la cabeza y después nada.
No sabe cuanto
estuvo en esa situación, como un hombre
que ha perdido la noción de su espacio y su tiempo .Cuando pudo reaccionar vio
a la mujer que lo miraba con una mueca
dibujada en sus labios
Se acercó a él y lo
tomó del brazo, le sonrió con una sonrisa
que era una respuesta muda a su pregunta
y le dijo ;
-Ser fotógrafo es una profesión apasionante, las fotos son
como los espejos, cuentan incansablemente la misma realidad.
El hombre no podía responder. su garganta estaba seca y su
lengua no le respondía .
La mujer continuo hablando, sin importarle si la escuchaba,
con sarcasmo le espetó.
- La verdadera apariencia de cada uno no puede ser captada
por una cámara,
Tampoco retener un espacio de tiempo, como si fuera una manera de escapar de él, porque no es así
como se escapa de la muerte, no es
aniquilando horas ni perpetuando
el presente.
Los fotógrafos y los poetas tienen esa veleidad indiscutible
de querer retener el tiempo, le dijo mientras reía con una risa profunda y opaca
El fotógrafo asintió
con la cabeza al par que seguían caminando por un sitio que no pudo precisar con
exactitud,
Sentía el ruido del mar que golpeaba contra el muelle.
Experimentaba una suave placidez
Miró a su alrededor. Una
oscuridad cerrada lo envolvía, el sonido estridente de la sirena de una ambulancia lo saco de sus cavilaciones
Quiso compartir un comentario, pero en vano buscó a la mujer que había caminado a su lado , no pudo percibir
su presencia y sintiéndose solo , siguió su camino.
Miró hacia el espacio tenuemente iluminado por los faroles allí una grupo de personas asistían a un hombre que yacía tirado sobre la acera.
Los enfermeros de
guardapolvo blanco levantaron al hombre
caído sobre el puente.
Se esforzó para observar la escena desde lo alto del
puente .Los enfermeros colocaron en la camilla el cuerpo de un hombre, del que solo vio su
sobretodo gris.
Colgando de su cuello
el murto llevaba una cámara fotográfica ..
Con pasos cansados cruzó la calle. Esa noche volvería
temprano a casa, se sentía cansado.
Al otro día los diarios anunciarían en su página de
policiales que la policía buscaba al asesino de un fotógrafo cuyo cadáver había
sido hallado sobre el puente del rio, en la noche anterior
------- La muerte agurda en las ruinas --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------La
La ciudad parecía arrasada .Sus calles eran un basural que el viento llevaba de un
lugar a otro .
El olor nauseabundo invadía todos los rincones de las calles vacías.
Desde la ventana del edificio en el que vivía , solo , desde que todos habían
muerto ,Emir miraba el paisaje aterrador .
Por seo vio cuando a media tarde llegó aquel hombre.
Lo descubrió caminando hacia el edificio y su carrazón latió diferente.
Hacia mucho tiempo que nadie venia por allí.
Solo de vez en cuando pasaba algún camión cargado de soldados en sus trajes
ocres y entonces él se ocultaba entre los escombros.
Emir se acomodó en el alfeizar de la ventana para ver mejor a aquel visitante .
El hombre no se percató de su presencia y siguió su camino hasta desaparecer en
el interior del edificio.
Con curiosidad el niño bajó la destrozara escalera, hasta llegar ,con sigilo a
la planta baja .
Desde allí pudo verlo, Estaba de pie en el marco de la puerta , recortada su
figura por la luz brillante del día .
Vestía un oscuro traje y sombrero negro.
Al ver a Emir se acercó y le sonrió. Emir inclinó su cabeza y pensó que parecía
diferente a los que siempre habían pasado por allí.
El hombre avanzó hacia el centro de la habitación. , al encuentro del niño,
mientras le decía:
-he venido a buscarte pequeño. Tu padre me dijo que aquí te encontraría.
-A mi padre lo mataron los soldados y también a mi madre,
-He venido a llevarte conmigo.
El niño se alegró con la noticia, pensó que tal vez no seria posible abandonar
ese lugar pero no quiso alarmar al hombre con sus prevenciones.
No iba a decirle que era imposible salir de allí, que estaban condenados que
todos los que lo habían intentado estaban muertos.
Se sentó sobre una lata oxidada y le contó de que manera se había salvado de la
muerte escondiéndose de día y saliendo solo de noche a buscar alimentos y agua
que le permitieran sobrevivir.
El desconocido lo miró fijamente mientras le decía:
-Han llegado tus días de paz Emir .Vendrás conmigo ,te llevaré a un lugar que
no conoces, es verde , con un rio cristalino donde las aves vuelan en libertad
y los niños juegan en los jardines de sus casas .
-Me gustaría vivir en un lugar así, dijo el niño
-Tú puedes hacerlo posible ?podremos salir de aquí sin que nos vean los
soldados y nos persigan hasta matarnos?
El hombre lo miró con una mirada dulce y le dijo mientras le extendía su mano ;
_Si podremos .Nadie nos verá porque seremos invisibles .
Emir sintió la mano del desconocido acercándolo a su cuerpo , se aferró
fuertemente mientras el hombre le decía :
_Ya es tiempo niño , otra vida te espera , en otro lugar .
Ambos caminaron por la calle desolada hacia la puesta del sol , que pintaba el
horizonte como una gran mancha rojiza Emir se sintió liviano como una pluma
llevada por el viento , mientras una sensación placentera le recorría el cuerpo
pequeño
Los soldados en su recorrida esporádica por el pueblo , hallaron esa mañana ,
en una habitación de un edificio abandonado ,el cuerpo de un niño de doce años que
yacía ,con el rostros hacia el techo ,con una sonrisa indescriptible en su
rostro..
PAMPA AL SUR
Amanecía sobre las sierras, apenas iluminadas por un rojo sol de otoño cuando Iginio Bravo se dio cuenta que estaba completamente solo y
vivo .Miró a su alrededor y solo vio pampa y cielo y un agrio olor a
sangre y polvo que el viento
desparramaba para el lado del arroyo bordeado
de achiras.
Sus ojos recorrieron el entorno
mientras se erguía desde le
suelo en el que lo habían dejado,
equivocando la muerte los indios boroganos .
La batalla había comenzado al amanecer
cuando la alarma del sol anunciaba
el calor del verano en la
interminable llanura que se extendía mas allá de la esperanza.
El general Rauch había decidido el ataque a
muerte y cada milico sabía que
era él o el hereje.
Iginio Bravo también lo sabia y no le sorprendió el resultado que lo atestiguaba Hombres ,mujeres, y niños que no habían
logrado llega r a la orilla espesa de
sauces y achiras ara esconderse del ejercito ,yacían con sus cuerpos inertes junto a hombres de piel oscura y crespones
en el pelo ,que miraban el cielo sin verlo
, con un rictus de muerte en el rostro .
El ataque había sido consumado y las
huestes del cacique Negro yacían con el
vientre a la espera de los
carroñeros junto a aquellos otros que se
diferenciaban pòr lo azul del uniforme.
Iginio Bravo era un hombre acostumbrado a esquivar los guascazos de la
vida y no perdió la serenidad de su animo,
aunque una sensación nauseabunda le
subió hasta la garganta y un dolor
profundo le aguijoneo el pecho hasta el corazón ,
Le pareció que había transcurrido un siglo desde aquella masacre
cuando el general , espanto de desierto , disemino muerte a diestra y siniestra movido por la ambición por la tierra aun virgen y entonces hizo recrudecer el odio tocando a locura ,desatando la crueldad
contra aquellos que defendían su tierra
que era suya desde siempre .
Sintió sed, la garganta ríspida no
lo dejaba respirar .A paso lento divisó el arroyo que corría manso entre las piedras.
El grito de un tero lo sobresalto y sintió la humedad del agua en el aire,
En la otra orilla arenosa, cerca del
cauce Flora Gatica , escuálida , sus manos sangrantes de arrastrarse entre las piedras los pies
desgarrados por las espinas de los pajonales salvajes .agazapada esperaba ver llegar la noche .
Estaba segura que su manto la protegería del espanto final y llegaría con ella el fin de su historia
Ahora, como tantas veces recordaba
Cuantas lagrimas derramadas ,pidiendo misericordia deseando morir al amanecer antes de que la luz de un nuevo día descubriera
la realidad de aquella
toldería con hombres y mujeres a los
que temía , tal vez porque no los comprendía o eran diferentes .
Flora Gatica , oteaba el horizonte mientras quitaba con el agua del arroyo entre las cuencas de su s manos las manchas de
barro y mugre de su cara y
arrancaba de sus orejas los dijes de hueso
intentando con esos actos borrar las huellas de su pasado .
El temor la apretaba con fuerza, no encontraba rumbo alguno en aquel
desierto
La vida a la que quería retornar
solo volvía envuelta en una
nebulosa espesa que parecía desaparecer
por momentos.
En chispazos s rápidos , su memoria
recordaba el rostro de los suyos tan
lejanos y con escalofríos escuchaba
nuevamente la voz del viejo
Zorrilla gritando en medio de la noche-
-¡Malón , viene el malón ¡¡
Indios Hijos de perra ¡¡
Todo paso en un segundo. Eran como perros
salvajes lanzándose sobre la presa Ella fue el botín y asi el desierto y el indio la hicieron su prisionera.
Desechó los recuerdos con un rictus amargo .Apretó sus manos contra su boca,
pálida a mas no poder ,vomito .
Luego lloró de cara al cielo.
Mientras la noche llegaba sigilosa y las tinieblas hacían una sola sombra de Flora y la tierra.
Iginio Bravo alimentaba aun resquemores
de cada sombra que aparecía en la pampa y le hacia crecer la duda y el temor
de que aquellos espectros recobraran vida y vinieran por el.
El sueño le vencía los párpados y la
oscuridad se acentuaba en los ángulos
que ahuecaban su rostros ,al tiempo que recostaba su cabeza el tronco de un árbol solitario .
Se vio soldado , antiguo guerrero ,
sembrando desolación y muerte en la
extensión de la pampa .Pertenecía a esa legión de hombres agazapados en la noche y cabalgando al sol
, provocando a la muerte , sin entender el por que de esa saña contra otros hombres que merecían vivir libres en la llanura inmensa que podía
contener a todos .
Iginio pensó que su vida no era mas que un miserable nombre en una nomina,
escrita por aquellos que esperaban en
sus sillas de pana y roble, que la historia los privilegiara en su memoria a
costa de golpes de muerte y dolor ajeno.
Recordó los tiempos en que había sentido la tibieza de un abrazo , que
cobijara su destino errante .
La noche espesa lo sorprendió en sus cavilaciones y la oscuridad lo abandonó a sus sueños que entendió sin futuro.
Flor Gatica abrió los ojos, sus débiles piernas apenas sostenían sus pasos vacilantes.
Había caminado largo trecho en busca
de algún signo de vida, cuando vio al
hombre dormido al cobijo de un árbol .
Cuando el sol le golpeo la cara Iginio
sorprendido vio el rostro de Flora , los andrajos le cubrían el
cuerpo delgado y su cabello reflejaba el sol con hebras
rojizas.
Flor Gatica sintió miedo, pensó por
un instante, en huir de allí, pero la mirada de aquellos ojos negros de Iginio le devolvieron la calma.
Las manos del hombre la ayudaron a erguirse
Flora miro el rostro moreno,
ajado por el viento y quemado por el
sol, hosco surcado por las marcas del tiempo y el sufrimiento.
Sintió que al fin había llegado su
redención y sonrió .Sintió bajo sus pies la brizna húmeda y después de mucho
tiempo creyó que podía confiar en alguien.
Cerca, los carroñeros volaban en
círculos sobre el espectáculo final de
aquella porfía.
El silencio crecía en la pampa interrumpido a veces por el balido de una
vaca o el relincho de los cimarrones.
Flora e Iginio se miraron largamente mientras el horizonte les marcaba el
inicio de la nueva esperanza.
LA MANO
SALOMÓNICA
Mi primer encuentro con Jerónimo sucedió
cundo las ultimas horas morían en un día de marzo, poco antes de la
llegada del invierno .Había llegado de Jerusalén después de una penosa travesía
Venía de una ciudad santa, la que había engendrado la gloria del altísimo y
llevó a la cruz a un hombre venerado por otros hombres.
Había oído hablar de él a los pasantes de la feria,
- Tiene un pacto con Dios -decían, solo a él le respondemos los perdidos de la gracia divina
Siempre viajaba solo llevando en su costado una espada y el pecho un crucifijo y una bolsa de fieltro
con aromas de incienso
Jerónimo era monje de un antiguo
monasterio de la compañía de Jesús que había dedicado parte de su vida a
estudiar medicina hasta que decidió
abandonar el convento, cansado de las
tardes ociosas y de los rezos sin objeto .Era un hombre de extrema piedad y había dedicado
su tiempo a ayudar a los pobres
miserables que arrastraban sus penurias tras los muros de la ciudad de piedra. Todas
las noches salía a recorrer las calles en busca de los que no
tenían protección contra el frio y el hambre que los acuciaba .Con especial predilección por acercar su misericordia
a los que arropados entre harapos comían
y dormían en las calles solitarias y frías Desde hacia un tiempo buscaba entre aquellos
paupérrimos, a los que los, habían caído en una especie de melancolía del alma,
una locura persistente que les hacia ver el mundo diferente.
Aquellos que habían perdido la razón
apresados por una enfermedad que
los había hecho sus prisioneros para
siempre
La enfermedad que los acuciaba, era una cualidad siniestra, irracional que
los separaba del mundo real y los hacia diferente a todos .Una cualidad del
espíritu que impedía a los hombres pensar .
Dentro de sus cabezas resonaba un sonido fantasmal que los llevaba a
desesperar en una terrible batalla con
ellos mismos.
Esa noche Jerónimo, conocido de mi padre quien era dueño de la única botica
del pueblo había cenado en nuestra casa, conversó con mi padre de los efectos de la melancolía
en las personas y ambos no alcanzaron a
encontrar una explicación acertada al tema ,por eso cuando se estaba por
marchar le pedí que me dejara
acompañarlo en sus recorridas por los suburbios , luego de dudar un poco accedió
a llevarme con él..
Cuando salimos a la noche el padre Jerónimo
me hablo de lo que posiblemente
veríamos , hombres y mujeres arrojados al sufrimiento - seres abandonados
por la mano de Dios que no saben que camino escoger y se hallan perdidos en sus
sombras.-exclamó
Él, como médico y hombre de fe, sentía
un profundo respeto por los dolores que
ocasionaba a esos seres sufrientes la enfermedad.
Por eso aquella noche en la que el frio calaba hasta los huesos asistí al
más terrible drama en el que la miseria y la demencia se dan la mano.
En un rincón oscuro, a la luz de una lumbre raquítica un hombre mascullaba maldiciones
era en la penumbra apenas una silueta
oscura y fantasmal. Miraba con ojos desorbitados hacia la nada oscura de la noche Me estremeció su presencia .El padre Jerónimo debió darse cuenta de ello y me destinó una sonrisa cómplice para tranquilizarme
e. .
Nos acercamos al hombre quien nos miró sin
vernos, mientras mascullaba palabras enredadas, como si fueran rezos, a
la par extendía sus manos con las palmas hacia arriba en una actitud de desesperación.
El padre Jerónimo se dirigió al hombre con pasos dilatados .Cuando llegó a él le tomo la mano, la miró y me llamó, mientras sostenía entre sus manos la del
hombre.
Vi en la palma sucia un dibujo
extraño .Pequeñas escrituras atravesaban las líneas y en pequeños y sincronizados
trazos.
El padre me miro y al notar mi extrañeza me dijo-
- Es una mano salomónica .Esos trazos son realizados por ellos mismos en su
desesperación buscando explicar su sufrimiento
-Cada articulación de las falanges y
cada porción de las palmas recuerda un tema determinado de la vida
-Son cinco en total me dijo .la magnificencia,
la compasión, el dolor la esperanza y
una frase que se inscribe en la palma
antes de desembocar en la muñeca que expresa una pregunta ¿ Quien será tan estúpido
que no comprenda esto’
El mendigo se acercó a nosotros y quiso hablar pero la voz se le pego en la garganta, se esforzó,
entonces le dieron náuseas y
oprimiéndose el estómago comenzó a
vomitar
Yacía en el suelo de tal forma que
parecía muerto, Jerónimo se acercó y le
puso la mano sobre la frente.
Al poco tiempo el hombre reaccionó miró al padre con ojos afiebrados y
levantándose con esfuerzo se alejó, con paso titubeante hacia
la calle oscura.
Estaba en la misma actitud de la víspera. Tenía sus manos apretadas en un
rezo y no me sintió llegar.
Con voz quebrada rezaba “Lleno de dolor, acúsome ante vos, Dios mío de
todos los pecados que he cometido .Señor
escucha mi suplica y concédeme el
perdón a mis pecados”
Una y otra vez repetía el salmo.
Nos sentamos a su lado, junto al fuego
y con cautela .El hombre que a todo esto estaba callado parecía
ausente. Yo tampoco sabía como comenzar a hablar y creyendo que serias un signo de amistad le
estiré mi mano
.
Miro a su alrededor con ojos desorbitados y luego con vos pastosa y débil, casi como es secreto, comenzó el
relato, interrumpido, a veces por un
gemido lánguido.
El padre Jerónimo aclaro que solo eran momentos de lucidez, espacios de la
mente que lo retornaban a la realidad en la que podían sentirse parte del mundo
.Pero solo eran momentos, solo eso .
El mendigo comenzó su relato, con sus manos entrelazadas y mirando a un
punto fijo .
-Yo era un médico que hacia sus primeras armas en la corte del rey .Decidido a buscar la cura de la enfermedad
de la mente ,me embarqué en una
aventura que significaba andar
experimentando con muertos para
demostrarle a la humanidad que es
posible saber el origen y la cura de la locura
Una noche en que caminaba por un
oscuro callejón escuche los gemidos de un hombre que agonizaba perforado su
vientre con una daga. La sangre se esparcía a su alrededor y con los ojos fijos en el cielo oscuro , con
una profunda herida en el pecho.
Lo recogí y lo lleve a mi casa y allí pensé que tal vez ese hombre podría
ser el primer paso hacia la explicación de tantas cosas que no entendíamos los médicos y así fue que cometí el mayor de los perjuros a los ojos de Dios y de los hombres
Me miro y entre sollozos siguió el relato.
-Ya en mi laboratorio Lo acosté sobre una mesa le saque su
raída chaqueta y como aun
respiraba lo dormí con una mezcla de
alcanfor y éter
Estaba a punto de iniciar la trepanación de si cráneo cuando recobro el conocimiento
y entonces me miro, sufrió una convulsión
y echando hacia atrás sus ojos y
escuche voces que salían de su garganta.
Desde la profundidad de su delirio
comenzó un crujir de dientes y espasmos delirantes que lo retorcían como
una víbora.
El temor se apodero de mi cuando, un
vomito espeso salió de su boca y pude
entonces dar cuenta de aquello que me había dicho un antiguo
medico de la corte, que los
demonios residen en el vientre de los
enfermos de melancolía para aterrorizar
las mentes y las almas.
Los demonios se apoderan de un hombre cuando quieren su mal y festejan la agonía de los pecadores .Les trastornan
sus sentidos y al final los habitan para
siempre.
Mientras relataba una agitación creciente se había apoderado de el y hasta parecía que había recuperado, en parte, su cordura.
Su voz se había hecho más suave y sus ojos tenían un fulgor extraño.
Cuando el enemigo de la naturaleza humana fuese sentido aprovecha a la persona que fue tentada hasta traerla a su depravación con engaños .Dijo
Entonces la mente se distrae y se enferma con una rara enfermedad, una
desolación del alma, tristeza y
melancolía .Esa alma ya no le pertenece al hombre y migra hacia lugares oscuros y desconocidos.
Esto aun no han podido curarlo la ciencia ni los médicos porque solo es
posible que desaparezca con la propia
vida del desgraciado, explicó.
Me quede atónito ante tal relato y entonces el hombre volvió a mirarme con
mirada ausente, De pronto como movido
por una fuerza irrefrenables, .Se levantó de su asiento y camino hacia las
penumbras de callejón.
Por un instante salió de mi vista, todo quedo en silencio hasta que pasado un momento un rugido feroz me
sobresalto de pies a cabeza. El mendigo estaba parado a contraluz, con una daga
en su mano izquierda retorciéndose sobre
sus piernas y mascullando palabras inentendibles a la par
que un liquido espeso salía de su boca.
Se lanzo sobre mí, y en un desesperado intento corrí hacia la salida, una nube negra me cerró la
visión y un silencio profundo me abarcó.
Desperté tendido en una mesa de laboratorio Con los pies atados y las manos
extendidas sobre mi cabeza .A mi lado el padre Jerónimo y un desconocido
me miraban y conversaban entre si
-Este pobre muchacho está al borde de la locura .Su padre me ha dicho que fantasea
con la cura de los enfermos de melancolía,
Que ha gastado fortunas intentando sacarlo de esa alucinación y no ha podido
lograrlo , ahora es nuestro tiempo ,dijo mientras besaba un crucifijo que
llevaba colgando del cuello.
El otro hombre se cerco a mi, me miro y reconocí su rostro Era el hombre del
callejón aquel que yo había intentado convencer de su curación.
Tenía en su mano un filoso estilete
Eche para atrás mi cabeza en u intento de escapar del dolor y mis ojos se
posaron en mi mano izquierda .Unos
extraños grabados estaban impresos en su
palma y una pregunta sin respuesta ¿Quien
será tan estúpido que no comprenda esto’?
Los ojos se me cerraron y la oscuridad me abarcó hasta el alma.
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